lunes, 17 de julio de 2017

Acerca del Consumo de la Cretona.

Si bien para iniciarse en el camino de una planta maestra y dejar que su espíritu actúe en nuestro cuerpo existen varias formas, ninguna de ellas es garantía de que extraigamos de ella su principio activo (Que es lo que me interesa).
Dos de estas formas por ejemplo son; Cortar un pedazo de su tallo, de una rama o de a la raíz, y morderlo sin más para saborear la savia. O agarrar un manojo de hojas frescas y enrollado, colocarlo dentro de la boca, presionado entre los dientes y la mejilla por su cara interna, y dejar que lentamente las papilas gustativas asimilen la sustancia que se desprende de las hojas.

Probé ambas formas, y ninguna me ofreció un resultado alentador.

Referencias sobre el consumo de la popularmente llamada Cretona tengo sólo dos: El primero es un vídeo que vi en Internet hecho por alguien igual de aficionado que yo, en el cuál esta persona hacía té de diferentes variedades de Coleus, sus supuestos efectos distaban mucho de mi hipótesis, la cuál se acercaba más a un efecto fuerte, alucinatorio, que una relajación física, una leve distorsión del espacio al rededor nuestro y un cambio en la forma de concebir el tiempo que es justamente en lo que concluye este vídeo.

Otra referencia la encontré en un libro titulado "Plantas de los Dioses" de Albert Hoffman, en el cuál comenta que los Chamanes Mazatecas en México, la utilizaban en sustitución de la Salvia Divinorum (durante algunos casos no especificados en el libro), mascando las hojas frescas como tabaco.

Cuando probé ésta última forma, mantuve las hojas dentro de mi boca por al menos 45 minutos, hasta que no pude aguantar más el amargor que sofocaba y escupí todo en un tacho, amargor extremo ya que en la medida de lo posible, no se puede escupir ni un poco del líquido que se forma entre la saliva y la salvia de la planta para que sea asimilado por los receptores gustativos.

Hoja fresca que utilicé, enrollada apenas entraba en la boca.

Durante este intento, lo hice en mi habitación, de noche y totalmente a oscuras, no había nadie en casa y puse de fondo un estilo de música que aprecio.
Puede ser que no haya sido el método adecuado para extraer de ella su principio activo, puede ser que el espíritu de la planta no haya querido actuar en mí por cualquier motivo que pueda razonar o no, o puede ser que no estaban las condiciones ambientales o físicas idóneas para que se manifestara en mí en mundo, las enseñanzas o las sensaciones que pueda producir dicha Planta Maestra.

Como dice mi respetadísimo Terence McKenna, cuando se prueba algún alucinógeno, hay que mentalizarse y esperar resultados positivos, mentalizarse y esperar ver...

Siendo esta planta familia de la Salvia Divinorum, pensé, que quizás, su principio activo se extraiga de la misma forma, es decir, haciendo un extracto.
Antes de pasar a ello, decidí probar un fumado común, enrollando un cigarro con las hojas secas, un cigarro grande, en tamaño se compara con el cigarrillo de tabaco, pero el doble de grueso. Lo fumé en el patio de mi casa de noche sin ningún resultado alentado, pasado eso, decidí hacer el extracto.

Maceré en alcohol, 20 gramos secos de estas hojas durante al menos una semana, y después me dispuse a hacer el extracto dejando reducir el alcohol macerado en sólo un gramo de Coleus Blumei.
El resultado no fue el mejor, mejor dicho, ni siquiera hubo resultado, ya que tuve un accidente en el proceso: el alcohol se prendió fuego, y con ello, mi mano.

El lugar donde se haga el extracto debe estar muy bien ventilado, y la mezcla debe reducirse a fuego mínimo, realmente bajo, sino las consecuencias pueden ser de sólo llevarse un susto, a algo mucho más lamentable. Todo sea en nombre del Chamanismo y de la búsqueda espiritual individual interna.

En mi cabeza sonaba bien la idea, lo voy a intentar otra vez, no creo que me pase algo realmente malo, pero tomé este accidente que me pasó como una señal, y por el momento desisto de hacer el extracto, tengo toda la materia prima, el espacio y las ganas, pero estoy esperando otra señal, o alguna información acerca de la planta con la que me sienta más a gusto.